Presentamos el estudio Trayectorias educativas en la educación media. PISA-L 2009-2014, que fue realizado en convenio entre el Instituto y el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (FCS-Udelar).
El evento se inició con palabras de la presidenta de nuestra Comisión Directiva, Alex Mazzei, y de Marcelo Boado, director del Departamento de Sociología de la FCS-Udelar, quienes resaltaron la importancia de desarrollar este tipo de estudios. El encargado de la presentación de los principales resultados del estudio fue su autor, el sociólogo Santiago Cardozo Politi, docente del Departamento de Sociología de la FCS-Udelar. Indicó que la investigación está centrada en dos temas principales: las trayectorias educativas de los alumnos evaluados por PISA en 2009 y sus valoraciones acerca de sus experiencias sociales y académicas en la educación media.
Cardozo Politi remarcó que las brechas educativas de los estudiantes (rezago escolar y en los aprendizajes) ya eran fuertes a los 15 años, cuando efectuaron la evaluación internacional, y siguieron profundizándose entre esa edad y los 20-21 años. Además, recordó que un 20% de la cohorte generacional ya no asistía a la educación formal en 2009 (por lo que no forman parte de este estudio). Un 15% de la cohorte PISA 2009 no acumuló ningún año de estudio adicional en la educación formal luego de los 15 años. En lo referente educación media superior, el 80% de la cohorte PISA 2009 llegó a comenzar ese nivel y el 44% lo había acreditado a los 20-21 años. El sociólogo subrayó que más de la mitad de la cohorte PISA 2009 interrumpió al menos una vez sus estudios de educación media (55%). Aproximadamente la mitad de ellos no los había retomado a los 20-21 años.
Ante estos datos, Cardozo Politi hizo hincapié en que la experiencia educativa anterior a los 15 años tiene un peso cuasi determinante en la trayectoria posterior: el rezago tanto en términos de extraedad para el grado como en relación al desarrollo de habilidades y competencias, es uno de los factores de más alto riesgo para el avance por el sistema. PISA-L marca también la existencia de esfuerzos de revinculación, los que, como dijo el sociólogo, si bien demuestran que existe interés en la educación, mayoritariamente no redundan en mayores logros educativos.
Finalmente, sobre las experiencias y valoraciones de los jóvenes, informó que los encuestados mostraron una buena integración social en los centros educativos y un relacionamiento positivo con los docentes. A nivel de integración académica, los datos son más matizados, ya que un conjunto no mayoritario pero importante respondió que le aburrían las clases o lo que tenía para estudiar, no prestaba atención en clase, no hacía las tareas, no dedicaba muchas horas a estudiar, llegaba tarde o faltaba a clases con frecuencia.
La presentación contó con los comentarios de Margarita Romero, directora de Planeamiento y Evaluación Educativa del Consejo de Educación Secundaria, y María Ester Mancebo, docente grado 5 de la FCS-Udelar. Romero expresó que el estudio es relevante, pertinente y presenta una agenda que se debe abordar. Por su parte, Mancebo alabó la claridad y rigurosidad del informe y opinó que aporta hallazgos importantes sobre los eventos de riesgo educativo.
En el cierre de la presentación nuestro director ejecutivo, Mariano Palamidessi, enfatizó que los resultados del informe son perturbadores, ya que dicen que el sistema educativo genera desigualdad. Resaltó que se debe apostar a definir qué conocimientos se priorizarán para así poder llevar a todos los estudiantes hacia el fin de la educación obligatoria. “Tenemos una responsabilidad fuerte y no podemos fallar”, concluyó.