La cobertura para 3 años aumentó casi 8 puntos (75,8%) porcentuales entre 2015 y 2019, pero estuvo 6 puntos por debajo de la meta establecida para 2019.
La meta de cobertura para los 15 años fue cumplida, y para los 16 y 17 años el valor observado se ubicó 2 y 4 puntos porcentuales por debajo de la meta, respectivamente.
En el tramo de 15 a 17 años el aumento de la cobertura redujo la inequidad en el acceso. En 2019 la brecha entre los adolescentes de hogares de contexto más y menos favorable era de 16 puntos porcentuales, mientras que en 2015 fue de casi 30 puntos porcentuales y en 2010 de 36.
La meta ligada al porcentaje de niños del sector público asistiendo a escuelas de jornada completa (tiempo completo y extendido) se alcanzó. En 2020 la quinta parte de los alumnos que asisten a escuelas públicas lo hacen en centros de jornada completa.
El porcentaje de estudiantes que finalizaron media básica con 16 años (egreso en edad oportuna, es decir, sin rezago) presentó una tendencia creciente hasta 2019: aumentó casi 8 puntos porcentuales en comparación con 2015. Sin embargo, el logro alcanzado (67,7%) está 4,3 puntos porcentuales debajo de lo esperado para ese año (72%). Para el tramo de 18 a 20 años (incluyendo jóvenes que egresan con rezago) la meta era 82% y se alcanzó el 77,5%.
El egreso de media superior muestra una tendencia creciente, pero a un ritmo menor. Creció 4 y 6 puntos porcentuales entre 2015 y 2019 según la edad (21 a 23 años o 19, respectivamente). El egreso a los 19 años (en edad oportuna, sin rezago) fue alrededor de 4 puntos porcentuales menor a la meta (42% y se alcanzó el 37,6%) y entre los jóvenes de 21 a 23 años fue 25 puntos menor (68% y se alcanzó el 42,7%). En este último caso, la meta planteada fue muy ambiciosa: se esperaba un crecimiento de 36 puntos entre 2015 y 2020.
En el período actual se definieron 72 metas con indicadores asociados para el período 2021-2024. La meta más ambiciosa es aumentar en más de 30 puntos porcentuales el egreso de media superior entre los jóvenes de 21 a 23 años: de un 43% (2019) a un 75% (2024). Las metas sobre matriculación en escuelas de contexto desfavorable con extensión del tiempo pedagógico y egreso oportuno de cursos técnicos terciarios también resultan ambiciosas: se espera casi duplicar en 2024 el valor de 2019.
Las metas sobre el desempeño de los estudiantes son poco ambiciosas, tal vez porque fueron definidas durante el período de suspensión de las clases por el COVID-19, a partir de los datos alcanzados en 2017 y 2018, y de las tendencias previas que mostraban muy pocas variaciones.
El plan de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) fue acompañado por el Plan de Política Educativa Nacional del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), que también incluye metas. Entre ambos se observa una alta consistencia.
Un 44,7% de los niños de 2 años y un 22,8% de los de 3 años no asiste al sistema educativo. Existen variaciones importantes según las condiciones socioeconómicas de los hogares.
En educación inicial, la cobertura a partir de los 3 años, considerando también 4 y 5, llega casi a un 90%, aunque con inequidad persistente. Existen desafíos relevantes en la frecuencia de la asistencia: en 2019 un 34,8% de los niños asistía de manera insuficiente.
En educación primaria no hay problemas de cobertura, pero, si bien la asistencia insuficiente se va reduciendo a medida que aumenta el grado educativo, casi un 10% de los niños de sexto año de primaria pública asiste de manera poco frecuente a la escuela.
En educación media básica, aproximadamente un 15% de los estudiantes (de secundaria y técnica) tuvo más de 50 inasistencias en 2019.
En educación primaria el egreso es prácticamente universal. Sin embargo, casi un 15% de los niños de 7 a 11 años presenta rezago escolar. A su vez, hay una brecha de 14,3 puntos porcentuales entre los de hogares de contextos más y menos favorables.
Al aumentar la edad, aumenta el rezago. Entre los adolescentes de 12 a 14 años, un 22,5% tiene rezago y hay una diferencia de 24 puntos porcentuales según las características socioeconómicas y culturales del hogar. Entre los 15 y 17 años el rezago es de un 46% y la brecha por las características de los hogares se profundiza: casi 50 puntos porcentuales.
En 2019, el porcentaje de la población de 18 a 20 años que había egresado de media básica era algo menor a un 80%. La diferencia por contexto socioeconómico y cultural llegaba a 34,5 puntos porcentuales. El porcentaje de jóvenes de 21 a 23 años que completa todo el trayecto de la educación obligatoria era de 42,7%. La diferencia por origen socioeconómico y cultural era casi de 60 puntos porcentuales.
En 2020, en sexto primaria, casi un 20% de los alumnos está en los dos niveles más bajos en lectura de Aristas. En matemática, el porcentaje en los niveles 1 y 2 llega a 34,3%. La diferencia según el contexto socioeconómico y cultural de los centros educativos llega a 28 puntos porcentuales en lectura y a casi 35 en matemática. En tercer año de media, en 2018, un 22,5% se ubicó por debajo del nivel 3 de Aristas Media en lectura y algo más de un 60% no llegó al nivel 3 en matemática.
Según la opinión de los directores de primaria y media, los centros educativos tienen más problemas de mantenimiento que de infraestructura. Las diferencias observadas en el mantenimiento obedecen principalmente a la distinción entre el ámbito público y el privado.
El gasto en educación aumentó de manera importante hasta 2020. El principal ejecutor es la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), con casi un 70% del monto total, y es destacable el crecimiento del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), así como el gasto de los hogares en primera infancia, con un incremento relevante a partir de 2017.
La educación media fue la que recibió un mayor incremento. Sin embargo, la tendencia no es tan favorable para educación técnica con relación al gasto por estudiante.
Casi la mitad de la población de contexto más vulnerable no tiene acceso a internet en su hogar y un 30% de los estudiantes de educación media del contexto muy desfavorable no posee una computadora en su casa. Entre los alumnos de primaria, quienes no cuentan con computadora en su casa son algo más de un 10% (en tercero y sexto).
Durante 2020 y 2021 las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y del Plan Ceibal llevaron adelante iniciativas para mejorar las condiciones de conectividad de todas las familias. La existencia del Plan Ceibal, así como las estrategias desarrolladas para afrontar la pandemia, permitieron que este jugara un rol clave para que la interrupción del proceso educativo fuera la menor posible. CREA fue la plataforma que mostró el mayor aumento de uso entre 2019 y 2020. En educación inicial y media básica el nivel de uso en 2020 fue casi cinco veces mayor al registrado en 2019. En educación media superior fue cuatro veces mayor y en primaria (en donde ya se registraba el mayor nivel de uso) algo más de dos.
Aproximadamente un 45% de los maestros de tercero y sexto año se sintieron muy sobrecargados durante la pandemia. Ente los hombres, la suspensión de la presencialidad aumentó las tareas domésticas que cumplían; entre las mujeres, creció la dificultad para articular el trabajo y las tareas domésticas.
Únicamente la mitad de los maestros se sintió preparado para adaptar su trabajo a la modalidad virtual, así como para apoyar el aprendizaje a distancia. Un 34% no se sintió preparado para el uso de tecnologías.
El 90% de los maestros dijo que ajustó mucho o bastante sus objetivos con relación a la enseñanza de lectura y matemática. Casi el 80% de los docentes de primaria y media dijo que pudo trabajar menos que otros años. Estas percepciones varían según las condiciones socioeconómicas y culturales de los centros.
En 2018, casi un 40% de los docentes de primaria y de media manifiesta que considera indispensable recibir formación en tecnologías de la información y la comunicación. Aproximadamente un 60% de los docentes dice necesitar formación para trabajar con estudiantes con discapacidad y con dificultades de aprendizaje. Un 40% de los docentes de primaria y un 46% de los de media consideran indispensable formarse en estrategias didáctico-pedagógicas, además, un 30% de los primeros y un 40% de los segundos piensa que es indispensable recibir formación sobre contenidos curriculares.
Las oportunidades de aprender están en la base del desempeño de los alumnos, por lo que es fundamental que sean equitativas. Sin embargo, presentan variaciones según el contexto socioeconómico y cultural de las escuelas. La demanda cognitiva de las prácticas de enseñanza (propuestas que implican el descubrimiento y trabajo autónomo de los alumnos) que los maestros ponen en juego aumenta en contextos más favorables.
En sexto año de primaria, a medida que aumenta el contexto, aumenta el porcentaje de docentes que plantea actividades de matemática que implican comprensión. En cambio, a medida que el contexto es más desfavorable, crece la cobertura de actividades que únicamente implican el manejo de información. En lectura se observa algo similar: aumenta junto al contexto el abordaje de actividades que implican realizar una lectura crítica de los textos.
Aunque Aristas Primaria 2020 no informa sobre el efecto de la pandemia en los aprendizajes, la percepción de los maestros de tercero y sexto indica que el aprendizaje en 2020 fue menor a causa del COVID-19, tanto en lectura (52,8%) como en matemática (62,3%). Hay diferencias de entre 20 y 30 puntos porcentuales en el porcentaje de docentes que considera que los desempeños fueron menores en 2020 según el contexto del centro educativo (la afectación de los aprendizajes es mayor en los contextos desfavorables, según la percepción de los maestros).
El relevamiento sobre niños y jóvenes con necesidades educativas especiales da cuenta de falta de información sistemática. En 2020 se identificó un 10% en primaria y en 2018 un 4,2% en tercero de media. Se trata de una población más vulnerable que el resto. Según la opinión de los directores, solo el 14% de los centros dispone de materiales para trabajar con esta población, algo menos del 60% de los edificios son accesibles y menos del 50% cuenta con baños accesibles. En los dos últimos se observan diferencias importantes según contexto.
La autorregulación metacognitiva y la perseverancia académica son mayores entre las niñas y aumentan a medida que lo hace el contexto socioeconómico y cultural de los centros. En cambio, la motivación intrínseca es más alta en los contextos más desfavorables. La habilidad de autocontrol en la expresión de las emociones es más baja en los contextos desfavorables y entre los niños que entre las niñas.
Casi el 80% de los alumnos de sexto dijo que tenía muchas ganas de volver a la escuela para ver a sus amigos. La valoración del vínculo entre los niños de sexto resulta más alto en los contextos favorables que en el resto. A su vez, la evaluación del vínculo entre los alumnos de sexto y el maestro es más alta entre las niñas.
En matemática solamente el 10% de las diferencias en los puntajes entre escuelas se corresponden a aspectos escolares, mientras que la mitad se explica por las características socioeconómicas y culturales de la población que asiste a cada centro. Esto muestra la poca incidencia de los centros educativos en los desempeños de los alumnos.
Los factores escolares que resultan relevantes para explicar las diferencias en los desempeños son la estabilidad del director, y la existencia de condiciones favorables para afrontar la pandemia y propiciar espacios de diálogo que den voz a los alumnos. El uso de la plataforma CREA del Plan Ceibal y la frecuencia en la asistencia a clases presenciales tuvieron un efecto positivo sobre los desempeños en matemática de los alumnos de sexto en 2020.
Informe y resumen ejecutivo: